Algo así están a punto de bailar en el Nashville Ballet. Porque esta compañía americana estrena en unas horas una pequeña pieza inspirada en la obra de Andy Warhol (Pittsburg, 1928 – Nueva York, 1987), que lleva coreografía del director del colectivo, Paul Vasterling y el bailarín Christopher Stuart. El montaje, que se verá el 8 de julio en el Frist Center for the Visual Arts de Nashville, Tennessee, está enmarcado en los actos que conmemoran la trayectoria y vida de este conocidísimo artista, que se vienen celebrando desde el pasado 24 de junio bajo el título de Warhol Live: Music and Dance in Andy Warhol’s Work. No sorprende el homenaje dancístico a Warhol. Su relación con la danza comenzó a su llegada a Nueva York, en la década de los cincuenta del siglo pasado, y permaneció bastante activa hasta el final de sus días. Compartió piso con bailarines, recibió alguna que otra clase, y de su amistad con algunos coreógrafos de la época han quedado estrechas colaboraciones como la que realizó con Merce Cunningham para el ballet Rainforest (1968), y que cuenta en su escenografía con esas almohadas plateadas y flotantes con firma de Warhol. Por España, además, se pudo ver el año pasado una exposición que recogía sesenta dibujos de Warhol y su relación con la danza y sus protagonistas.