¿Cómo escribimos de danza? ¿Qué se puede hacer para mejorar el periodismo especializado en esta materia? ¿Para quién escribimos? ¿Hay alguien ahí?
A veces, hacer no suele ser suficiente. Y preguntarse, cuestionarse y reflexionar sobre lo que se hace, bien puede diagnosticar síntomas y soluciones o en último caso, que es mucho, radiografiar un paisaje. Sobre el periodismo especializado en danza, como en todo lo demás, conviene poner una mirada que resalte, como poco, dos cuestiones: que este tipo de periodismo existe (al igual que la danza no es menos arte que cualquier otro aunque su presencia sea insuficiente, tampoco el periodismo especializado en ella, es menos periodismo), y que se puede invertir análisis sobre lo que hacemos. Por qué lo hacemos y desde dónde, cuestiones que en este medio de comunicación ven la luz, últimamente, con formato de columna de opinión. Pero, ¿cómo lo viven las/os colegas de profesión?
Recientemente he podido comprobar (a través de conversaciones con periodistas, de reuniones de trabajo y con el último editorial de la revista especializada en artes escénicas Godot, por ejemplo, ideado a través de no pocas cuestiones alrededor del teatro y su cristalización), que algunas de estas preguntas son tan compartidas que refuerzan su pertinencia.
Julio Bravo, Pablo Bujalance, Silvia Cruz Lapeña, Iratxe de Arantzibia, Sara Esteller, David Montero, Braulio Ortiz, Bàrbara Raubert y Álvaro Vicente, compañeros periodistas que escriben de danza, han atendido la solicitud de este medio de comunicación y comparten sus viviencias y pensamiento sobre el ejercicio del periodismo especializado en danza, a través de estas cinco preguntas, las mismas para todos, iniciativa de UNBLOGDEDANZA:
1- ¿Por qué escribe sobre danza?
2- ¿Cómo escribe la danza desde el periodismo? Sus parámetros.
3- ¿Para quién escribe de danza?
4- Género periodístico preferido para escribir sobre danza. Por qué.
5- Qué considera que le falta y le sobra al periodismo actual especializado en danza, para mejorarlo.
JULIO BRAVO
Abc
1- Cuando empecé, hace más de treinta años, no existía nadie especializado en danza, los espectáculos eran muy escasos. Empezaba entonces a crecer el mundo de la danza, y por eso empecé a escribir. Es fundamental que este arte esté presente en los medios de comunicación.
2- Creo que hay que intentar transmitir al lector lo que tú has sentido como espectador. Eso es lo básico.
3- Teóricamente para todo el mundo, al escribir en un periódico generalista. Eso es lo que intento.
4- Cualquiera que permita «contar» la danza. A mí, personalmente, me gustan las entrevistas, porque son los propios artistas los que hablan.
5- Diría que le sobra implicación; a veces nos alineamos en exceso. Y le falta -hablo en general- un poco más de profesionalización. Los periodistas somos periodistas, y debemos tratar la información de danza como cualquier otra información.
PABLO BUJALANCE
Málaga Hoy y otros diarios del Grupo Joly (especialmente Diario de Sevilla).
Hasta hace algo más de un año publicaba también artículos sobre danza en su blog El diario de Próspero.
1- Fundamentalmente, porque me parece necesario hacerlo. Los escaparates para las artes escénicas han quedado muy mermados en los últimos años. Pero también porque las actividades en torno a la danza han crecido casi en paralelo en lo relativo a programación, festivales y compañías. Trabajo en un medio de información general y desatender ese crecimiento sería un error a la hora de informar sobre cultura.
2- Escribo desde el convencimiento de que la danza no es una expresión artística misteriosa, hermética, que precise un conocimiento previo para su disfrute y que se dirija únicamente a iniciados. Creo que durante algunos años no pocos creadores proyectaron una imagen de la danza como de coto cerrado y club exclusivo, y el periodismo reaccionó o bien dejando la danza de lado o bien revistiéndose de la misma impostura. Mi empeño al escribir sobre la danza es la claridad, la exposición meridiana de los proyectos y creaciones, sin sacralización alguna y llamando a las cosas por su nombre. De manera coloquial, cercana, con la objetividad y la subjetividad precisas. Haciendo al lector cómplice y partícipe de la misma danza, aunque no lo sepa.
3- Por lo anterior, claro, escribo para todo el mundo. Pero sobre todo pienso en todos los que disfrutan con la danza y no lo saben aún.
4- La información es necesaria siempre para hacer visible la danza en la vida cultural de ciudades y regiones. Pero también escribo crítica y, la verdad, este género ofrece herramientas muy singulares para hacer de la danza una cuestión política, materia de debate, argumento para una comunidad. La crítica de danza parte de la evidencia de que la danza es importante, por muchas razones, pero sobre todo por razones públicas. Y es ahí, en el debate público y político, donde la danza debe estar.
5- Pues echo en falta sobre todo críticos. Una mirada crítica más amplia. Me parece lamentable que algunos de los certámenes y festivales de danza de España se queden sin revisión crítica incluso en algunos de los medios nacionales más importantes. La crítica refuerza el vínculo que comparten la creación artística y la sociedad. Y contribuye a la madurez de ambas.
SILVIA CRUZ LAPEÑA
Deflamenco.com, Vanity Fair, Tendèncias – El Mundo y antes también en El Español.
1- Porque escribo sobre flamenco y es una de sus disciplinas.
2- Como cualquier otro tema: con rigor. Quizás me guste más la danza que otros asuntos pero eso sólo hace que esté más alerta, para no dejarme llevar por mis gustos o mis manías. Eso no le resta ninguna pasión, pues no creo que el rigor esté reñido con la calidez.
3- Para quien quiera leer, así entiendo el periodismo. Sólo pienso en un lector experto si escribo en un medio especializado, por eso me gusta escribir también en medios que no lo son, pero incluso en esos medios dedicados a un tema creo que se puede ampliar la mirada del lector hacia otros ámbitos.
4- No tengo preferencia, pero la crónica da mucho juego por la variedad de recursos que permite. La entrevista también está bien cuando te dejan hacerla con tiempo y siempre que el medio no pretenda de ti una entrevista-masaje. No creo que haya que fiscalizar al artista como al político, pero a veces las entrevistas no aportan nada, son aburridas, yo he hecho algunas de ese tipo y siempre me he arrepentido de haber aceptado.
5- Que el periodista se aleje un poco del sujeto al que observa y analiza, creo que saldríamos todos ganando. Y por parte de los medios, me sobra la estrechez de miras, que no acaben de entender, no es normal que aquí haya gente del nivel de Rubén Olmo, David Coria, Patricia Guerrero o Rafaela Carrasco y apenas salen en los informativos, donde sí salen dj’s, triunfitos e influencers. Lo mismo podrían decir cantantes o instrumentistas pero considero que la danza, ausente de los colegios y los institutos más que la música, es la más olvidada. También echo de menos algo más de criterio en los medios generalistas: yendo al flamenco, siempre abordan artistas mainstream. Entiendo que lo hagan, son generalistas, pero echo de menos amplitud de miras, de gusto y de estéticas y como diría Kiko Veneno, echo de más que siempre vayan a lo evidente.
IRATXE DE ARANTZIBIA
El Diario Vasco, Danza Hoy, Dance for you, Balletin Dance, Sautdebasque.
1- La danza es una pasión convertida en mi profesión. Durante la infancia y adolescencia, recibí clases de ballet clásico, danza contemporánea y danza jazz, como hobby. Gracias al periodismo, uní mi pasión con mi vocación. No fue un plan premeditado convertirme en periodista de danza, sino que la vida te va abriendo ventanas cuando te cierra puertas. Con 25 años y licenciada en Derecho y en Periodismo, pensé que me iba a comer el mundo y el mundo me comió a mí, ja ja ja. Sin embargo, el camino que se me abrió, fue sumando la pasión por la danza con mi vocación de periodista, y hasta hoy. Escribo de danza porque es lo que me apasiona, es lo que me hace feliz como persona y como profesional, es lo que sé hacer, y es mi forma de poner un pequeño granito de arena a favor de la danza.
2- Entiendo que las características exigibles al periodismo de danza son la claridad, el rigor, y la honestidad del profesional especializado para realizar información certera y accesible en función de si se trata de un medio generalista o especializado. Para mí es de una importancia capital una documentación exhaustiva y previa, el contraste con las fuentes, una buena agenda de contactos profesionales, ya que intento ser muy rigurosa y concienzuda en el tratamiento de la información. Además, me gustaría romper una lanza en favor de una buena formación del profesional del periodismo de danza.
3- Para quien quiera leer aquello que he escrito. Así de simple. A la hora de escribir, tu planteamiento no es el mismo si el texto va destinado a un medio generalista o a un medio especializado. Esto condiciona la profundidad, la hondura del análisis, la terminología a emplear, pero, en definitiva, todos los que escribimos, escribimos para que alguien nos lea. Tan gratificante puede resultar que una persona lega en danza disfrute con una entrevista que has realizado, como que un profesional la comparta en sus redes sociales porque le ha gustado. Tampoco vamos a negar que hay una pequeña parte de ego y vanidad en el hecho de escribir, que, afortunadamente, con los años va desapareciendo. A medida que te vas haciendo mayor, escribes menos para tu ego, aunque siempre reconoceré que me hace una especial ilusión la primera vez que publico en un medio de comunicación.
4- Como diría Alejandro Sanz, tengo el “corazón partío”, porque hay dos géneros que me apasionan: la entrevista y la crítica. Como género informativo, me quedo con la entrevista y, sobre todo, si se realiza en persona, cara a cara. Es un apasionante mano a mano entre entrevistado y entrevistador, que puede obtener resultados sorprendentes, a través de la repregunta y si se saben medir bien los tempos de la entrevista. Con los años, vas depurando una técnica personal en el modo de realizarlas, en la que necesitas unas ciertas dosis de psicología.
Como género de opinión, la crítica, porque es la forma más libre, creativa y estimulante que puedes tener para hacer algo tan simple –y no tan simple, a la vez- como ofrecer tu opinión sobre un espectáculo. Es el género con el que levantas pasiones: o te aman o te odian, ja ja ja.
5- En primer lugar, faltan unas mínimas condiciones de trabajo y sobra precariedad laboral. Sobre mi experiencia, decidir trabajar como freelance en esto es una verdadera heroicidad. Sin unos mínimos en las condiciones contractuales, es difícil garantizar la continuidad de un profesional. Sobran las continuas propuestas de colaboraciones altruistas. Señores/as, yo también tengo que pasar por caja cuando voy al supermercado. Sobra el intrusismo generalizado bajo el paraguas de la libertad de expresión. Ser blogger no es sinónimo de ser periodista. Mis colegas y yo hemos cursado una carrera universitaria donde nos han enseñado cuál es la diferencia entre información y comunicación… Nos falta poner en valor nuestra profesión como periodistas de danza. Faltan espacios para la danza en los medios generalistas y sobra la lucha constante para que un redactor-jefe de cultura te deje espacio. Faltan medios especializados y de calidad, con profesionales rigurosos y bien pagados. En definitiva, en España, falta cultura de danza.
SARA ESTELLER
El Hype. Recomana
1- Por vinculación profesional, por interés personal, por militancia cultural, porque imagino que quienes leen los textos se animarán a conocer a ese artista del que hablo y se acercarán un poco más a la danza. Porque la danza no se ha explicado demasiado ni sus artistas han tenido voz y me gusta que se expliquen aquellos que normalmente no hablan. También porque se están haciendo cosas increíbles en torno a la danza y hay que darlas a conocer. Para romper ideas preconcebidas sobre su nivel de abstracción o a que la danza sea una disciplina aislada, cuando ha estado y está en relación con el resto de las artes de manera natural.
2- Mi objetivo es que la gente conozca artistas, propuestas o iniciativas que enriquecen la cultura y la sociedad, que hablan de ella, teniendo como eje principal la danza. Ser claro y conciso, aportar información que sea relevante y que tenga vinculación con la actualidad, aunque a veces me gusta precisamente hablar de cosas que no están en las agendas pero me interesan por otros motivos (ideas que subyacen, por ejemplo). Lo fundamental es que la actividad de la que vaya a hablar sea interesante para un numero importante de personas, creer que puede llegar a serlo si se da a conocer. Y sobre todo que los textos estén bien escritos ya que hablamos de una tarea que consiste en escribir bien, sería como si alguien que sale al escenario a bailar no tuviera nociones de espacio y movimiento y simplemente se moviera.
Después de tener la claridad, concisión y relevancia claros, me recreo más o menos en el lenguaje si el tema, la extensión y el momento lo favorecen, pero suelo ser bastante concisa.
3- En EL HYPE para todo tipo de lectores, por eso explico más cosas que puedan resultar interesantes a todxs: perfiles de artistas, exposiciones centradas en la danza, efemérides de momentos históricos o actualidad diversa. En RECOMANA para un público especializado en la escena y en danza y por eso profundizo más en la información, busco que sea lo más directa posible e intento aportar datos que no se pueden encontrar con una simple búsqueda o que vayan a aparecer en el programa de mano, por ejemplo. Como periodista, sea de danza o no, debes adaptarte al perfil de tus lectores para no crear una barrera o una falta de interés por su parte.
4- Me gusta la entrevista especialmente porque son los protagonistas de la información los que se explican directamente; si no se puede hacer con pregunta y respuesta, me gusta reportajear las entrevistas e incluir las declaraciones entrecomilladas. Para mi, el periodista es un trasmisor de información y aunque su sesgo esté presente a la hora de elegir el tema y el enfoque luego debe permitir que en este caso artistas, programadores o quien sea se pueda expresar con libertad. Ahora, es importante que las preguntas sean estimulantes, redactadas para conseguir respuestas interesantes, no datos o información de dosier, sino opiniones, sentimientos, impresiones, críticas, …
5- Le sobran adjetivos, frases hechas y lugares (ideas) comunes; también autocomplacencia y cierta endogamia. Le falta más personalidad (se ejerce con cierta timidez frente al periodismo de otras disciplinas más relevantes socialmente como el teatro o la música), contextualización (para ayudar a sumar lectores), plumas vibrantes (que enganchen a la lectura) y espacio en los medios (reflejo de la posición de la danza en la sociedad). A través de la danza se habla de la sociedad y en ese sentido los periodistas, como personas que ejercemos el periodismo especializado, debemos reivindicar la necesidad de dedicar más espacio a la danza. Creo que un texto periodístico sobre danza bien escrito puede atraer y ser leído por cualquier tipo de persona, igual que yo puedo leer un texto sobre poesía existencialista, aunque no me interese especialmente; lo importante es la calidad del texto (que te enganchará por su titular), su estructura, su lenguaje y que cumpla la función para la que se escribe en el medio en que se publica. Existen periodistas solventes que escriben muy bien, pero debería haber muchos más, o los que hay deberían publicar más, porque hay suficiente actividad de danza en España como para que así sea.
No entraré, porque no es el tema, en las políticas culturales, que bien planeadas y ejecutadas aumentarían las ratios de programación, difusión y seguimiento de la danza.
DAVID MONTERO
Eldiario.es (edición Andalucía)
1- He sido un asiduo y feliz espectador de danza desde hace años y, al empezar a hacer crítica en eldiario.es en 2015, me resultó de lo más natural ir combinando mis críticas sobre teatro con las de danza; así como de las propuestas que se encuentran justo en la frontera entre ambos lenguajes. Frontera que cada vez es más ancha y fértil. Además, siempre me ha resultado un reto poner palabras que acompañen y expliquen el movimiento sin traicionar eso intraducible que el mismo movimiento tiene. En los días buenos, confío en que esto sirva para ampliar o completar; en los malos…
2- Mi impulso original al escribir sobre los espectáculos es compartir mis sensaciones y reflexiones como espectador con aquellas personas a quienes le interese y enriquezca ponerlas en diálogo con las suyas propias. Trato de escribir no con rigor (su etimología envía a inflexibilidad, rigidez) sino con transparencia (dejando claro qué es descripción y qué opinión personal) y sinceridad. Por mi trabajo (dirección de escena y dramaturgia para danza), me he pasado muchas horas mirando moverse (y hasta bailar) a personas. Especialmente reveladores han sido los procesos junto a Juan Carlos Lérida, por su búsqueda constante de herramientas empíricas (o sea, no idealistas o decididas a priori) para observar y desarrollar el movimiento. Además, he hablado mucho de danza con el propio Juan Carlos y Belén Maya. Todo eso ha moldeado mi forma de acercarme a la danza, ha educado mi ojo, mi oído y mi sensibilidad.
3- Creo que nunca me lo he planteado. ¡Dios! ¿Dios? ¿Escribo de danza para Dios? Sí, definitivamente escribo para Dios.
La lectora ideal de mis críticas es aquella persona que ya ha visto el espectáculo porque, como decía más arriba, me interesa el diálogo entre sus reflexiones y emociones y las mías. Claro que la gente lee la crítica sin haber visto el espectáculo (yo también lo hago), pero me horroriza pensar cómo nos formamos opiniones sólo a partir de eso. De hecho, eso me hace ser prudente cuando reflejo que un espectáculo o algún aspecto de él no me ha interesado. No es que deje de hacerlo, pero trato de colocarlo en contexto y argumentarlo. También me seduce la idea de estar ayudando a poner palabras a cosas que la gente ha visto en los espectáculos y se le han quedado en el terreno de lo preverbal. Ese terreno me fascina. Y las palabras pueden asolarlo o ayudar a conservarlo: intento lo segundo.
4- Me gusta colocar mis críticas en otra frontera: la que hay entre crítica y crónica. Pero sobre todo, escribo una sección a la que bauticé eldiariodeunespectador en la que trato de extremar la transparencia de la que hablaba más arriba y contar los alrededores de la recepción del espectáculo (con quién voy, cómo me encuentro, qué me está pasando esos días) cosa que se suele ocular y que, sin embargo, tan determinante es. Creo que ese ahí es donde me siento más cómodo: en ese híbrido raro de diario personal, crítica y artefacto literario.
5- Confieso que no soy un lector demasiado habitual de periodismo especializado en danza, así que no me siento con criterio para hacer una valoración general.
Sí que conozco bien un sector concreto de él: la crítica de danza flamenca aquí en Sevilla. Y ahora que se está celebrando la Bienal, vuelve a ser doloroso que no haya una diferencia entre críticxs de cante y de baile. Que quienes escriben sobre ello (salvo contadas excepciones) no tengan el mínimo criterio sobre la escena y los discursos coreográficos del presente. De hecho, hay gente que hace crítica de espectáculos de danza flamenca y nunca ha ido a ver algo que no sea flamenco. Ese gueto en el que sigue encerrada la opinión sobre baile flamenco es una de las rémoras mayores que hay; y lo malo es que no tiene visos de cambiar.
BRAULIO ORTIZ
Diario de Sevilla / Otros periódicos del Grupo Joly
1- Empecé a escribir sobre danza por accidente: siempre me había dedicado a la prensa cultural, pero mi trabajo se orientaba más a las reseñas literarias y a reportajes sobre cine; fue al entrar en la sección de Cultura de un periódico cuando comencé a cubrir, sin dar la espalda a lo que eran hasta entonces mis especialidades, propuestas de artes escénicas y más concretamente de danza. Fue una suerte, porque he encontrado ahí un territorio que me fascina y me conmueve, donde todavía hay espacio para la sorpresa, para la revelación. La danza te sacude los sentidos de un modo en que pocas disciplinas lo hacen. Me gusta pensar que en ella radica un misterio inasible, algo profundamente físico y al mismo tiempo extrañamente espiritual, donde batallan o se encuentran el cuerpo y el alma. Supongo que escribo sobre danza porque aún sigo subyugado por ese enigma.
2- Lo fundamental es el respeto a los creadores, al director o a los intérpretes, tener claro quiénes son y qué quieren contar. Concibo el periodismo como una suerte de transmisión de un relato que ha llegado a ti y que tú debes compartir. Me gusta ahondar en las inquietudes que un bailarín o bailarina plantea en un espectáculo, me interesa ser partícipe de esa búsqueda que es la expresión artística. Y supongo que escribo también desde el entusiasmo, desde la adhesión. Nos guste o no, la danza contemporánea continúa produciéndose en los márgenes y necesita de voces fieles que cuenten sus virtudes y despierten en alguien la curiosidad por acercarse a ella.
3- Al trabajar en un periódico escribo para todo tipo de lectores, lo que implica enfocar cada pieza con precisión y claridad. A menudo, los propios creadores explican sus espectáculos enmarañándose en una peligrosa abstracción; considero que en un diario la responsabilidad del periodista es hacer comprensible ese mensaje a los receptores, que alguien no versado en el tema pueda entender de lo que se está hablando. Esa sencillez no tiene que estar reñida, por supuesto, con la riqueza del estilo, con la exigencia. Siempre hay que tener en cuenta para quién se está escribiendo, pero hay que compaginar esa pretensión de arrojar luz a las cosas con cierta hondura.
4- Para mí, el género que mejor se adapta a la danza, a algo tan fértil y subjetivo como una creación artística, es el reportaje, que permite una mayor libertad y un mayor lirismo, y en el que uno puede servirse de declaraciones de los intérpretes al mismo tiempo que aporta algo de cosecha propia. Vuelvo al estilo: me parece una herramienta indispensable para hacer atractiva una historia, y el reportaje da más juego en este sentido.
5- Hay una pregunta que me inquieta: cómo llegar al público, cómo trasladar la pasión que uno siente cuando ve un buen espectáculo de danza. Hemos sido educados con la errónea percepción de que hay que entender todo de una manera racional y hemos arrinconado aquello que no se ajusta a ese patrón, y hay quien sigue concibiendo la danza y el arte contemporáneos como elementos extraños e impenetrables. Nos falta dar con la clave para compartir el entusiasmo.
BÀRBARA RAUBERT
Time Out Barcelona
1- Desde que recuerdo, la danza me ha atraído y me ha intrigado, y sus ideas y venidas me han servido para entender la no razón de muchos impulsos. También el de la escritura, otro campo de observación y práctica más continua desde el que razonar lo que me rodea.
Escribir sobre danza se dio como una unión natural de dos campos de interés muy instintivos, y que, por suerte, se dieron la manos de manera profesional casi sin buscarlo, a raíz de una propuesta de Joaquim Noguero, hace 17 años.
2- Con sentido de servicio a la gente, de puente entre la creación escénica (no los creadores) y los lectores que, solamente quizás, habrán visto esto de lo que leerán. Entiendo que el periodismo es un espacio de información, pero que dentro de éste, el valor subjetivo es fundamental al tratarse de arte y siendo la danza (especialmente la contemporánea) una puerta abierta a la elucubración y a las miradas múltiples. Este valor subjetivo no disminuye la capacidad informativa, simplemente la ancla en el pensamiento y la poética de quien escribe, y que será reconocible (y por lo tanto, no excluyente) para sus lectores.
Por lo tanto, el periodismo, es una parada en el camino de la obra que alarga lo efímero de la propuesta en un espacio puramente mental, permitiendo que se prolongue en un campo que ni la substituye ni la restituye, pero que sí permite dialogar con ella sin su presencia.
3- Para la gente interesada en la danza y en la cultura en general. En un lugar muy secundario, también escribo para los creadores para que puedan recoger la parte del diálogo que les pueda interesar y llevar de vuelta a su terreno, que es la escena.
4- Me gusta la danza que actúa como disparador de ideas. Pero a veces no surgen fácilmente, a veces hace falta hurgar en la memoria de lo visto y sentido para llegar a entender la pieza, o a nosotros mismos frente a la pieza. Por eso la crítica de danza, género en extinción, es el ejercicio testarudo de este hurgar que más me gusta, obligada a revivir lo que vi con mi cuerpo y lo que me pareció que pensaban los cuerpos que tenía delante.
5- Falta espacio para la danza en el papel escrito (diarios, revistas, libros…), para normalizar su presencia dentro del aparador de la cultura que permite el periodismo. Desde de la crisis del periodismo que se juntó a la crisis general, estos espacios se han reducido hasta casi desaparecer, y solamente en parte se puede hablar de una compensación por los espacios en la web. La diferencia es que estos espacios virtuales son más específicos y menos generalistas, de manera que para muchos lectores ha quedado desierta, invisibilizada, la aportación de la danza a la cultura. Deberíamos reclamar más espacio de diálogo dentro de la prensa generalista con pretensiones de conocimiento cultural (como debería de tener siempre para considerarse generalista) que ponga en valor las propuestas del arte de la danza, con sus múltiples voces y gestos.
ÁLVARO VICENTE
Revista Godot
1- Porque me apasiona escribir y me apasiona la danza, fundamentalmente; porque me dedico desde hace 15 años al periodismo especializado en artes escénicas y siempre he pensado que contar la danza, como contar el teatro, el circo o los títeres, desde el rigor periodístico y desde la pasión por lo que se cuenta, hace más intensa, provechosa y duradera en la memoria del espectador la experiencia que supone sentarse en una butaca y entregarse a mirar lo que sucede en un escenario. Ser mediador y compañero en ese ritual, en esa comunión entre el que hace y el que mira, me parece todo un privilegio y comporta una gran responsabilidad.
2- Dirijo una revista mensual especializada en artes escénicas, una revista por lo tanto con un contenido que se publica antes de que suceda el hecho escénico del que hablamos. Lo fundamental siempre es crear un contexto informativo que ayude al lector a entender quién está detrás de una creación, por qué existe esa pieza, cómo se ha podido armar y ponerlo en relación a la historia inmediatamente anterior, por si se ha de encuadrar en una tradición determinada o por el contrario supone una ruptura con lo convencional. Es la forma de que el aficionado a la danza profundice en su pasión. A veces no se cuenta con demasiada información previa o la que nos llega es un tanto críptica, porque es difícil para los profesionales de la danza traducir en palabras lo que cuentan con el cuerpo, pero ahí estamos nosotros para, una vez más, ser un puente de entendimiento con el espectador.
3- Para gente que va a ver danza y gente que hace danza, porque Godot es una revista muy leída por los propios profesionales de las artes escénicas y eso no lo perdemos de vista. También a lxs bailarinxs y a los coreógrafxs les gusta saber cómo trabajan sus compañerxs, qué resortes mueven sus búsquedas, qué ideas animan sus investigaciones, qué problemas existen para avanzar, qué contextos –festivales, encuentros, certámenes, etc.- dan lugar a la sana contaminación entre artistas.
4- Creo que mi preferido es la entrevista. Hay un tópico que dice que los profesionales de la danza no se expresan bien con la palabra, y si bien es cierto que algunos cumplen con el tópico, hay otros muchos cuya poética corporal se traduce en bellas construcciones lingüísticas, en elaborados pensamientos que vale la pena escuchar y compartir. Y además, creo que el periodista aprende más y, si sabe transmitirlo bien, es un gozo leer y escuchar de boca de sus protagonistas todo lo relacionado con un espectáculo o una creación concreta.
5- Sobran lugares comunes, como sucede en cualquier ámbito periodístico, y falta espacio, como sucede con cualquier otra muestra de periodismo cultural. Falta análisis, más que crítica, falta dibujar mejor los mapas en un ecosistema donde conviven el ballet clásico con el flamenco, la danza contemporánea con los bailes urbanos, porque pese a que todo se funde y se confunde, sigo pensando en el deber estructuralista del periodismo en un sentido, aunque solo sea porque día a día dejamos constancia de lo que pasa, somos los que más podemos hacer por afianzar la huella de un arte efímero, por documentar la evolución y el progreso de arte en perpetua transformación, sin dejarlo todo en manos de los nuevos medios (redes sociales fundamentalmente), que son más efímeros si cabe que un solo de danza.