El ponerse tras una cámara para dirigir piezas de cine y danza, que son historias bailadas, entre la ausencia, el amor (y su opuesto) y la soledad, ha sido todo un descubrimiento en la trayectoria de Pontus Lidberg (Estocolmo, 1977), que es también bailarín y coreógrafo. Su primer trabajo como director, Mirror, ya fue comisionado por la Televisión Nacional de Suecia. Y dos de los que han venido después, The Rain (2007) y Labyrinth Within (2011), han sido reconocidos en festivales de medio mundo. Este último cuenta con la impecable interpretación de Wendy Whelan, bailarina principal del New York City Ballet y tiene factura de acreditado cine, en el que la danza es principal vehículo para la intensidad emocional que sacude el trabajo cinematográfico de Lidberg. Como bailarín pasó por el Royal Swedish Ballet y el Ballet del Gran Teatro de Ginebra y como coreógrafo, firma trabajos para agrupaciones como la Beijing Dance Theatre y el Royal Danish Ballet.