Crítica de Barbecho. Dirección artística: Natxo Montero. Creación e interpretación: Natxo Montero y Laia Cabrera. La Nave de Cambaleo (Aranjuez). 14 de noviembre de 2015.
La tierra, como elemento implícito en la definición de la palabra “barbecho”, como metáfora de la espera y como recurso escénico, es nexo en este trabajo de Natxo Montero (el tercero desde que fundó su propia agrupación, Natxo Montero_danza, en 2008) para las tres diferenciadas entregas en las que se desarrolla el montaje, definitorias de los tres territorios o contextos (lo artístico, su lectura y lo humano) con los que la obra alcanza su máxima. Permite esta estructura a los creadores, jugar (el juego y su poética se alzan clave) con significantes y significados teatrales, lenguaje y metalenguaje, realidad y ficción, y al espectador, recorrer una obra desde su arranque hasta el resultado final, en un proceso no libre de sorpresa, empapado en todo su recorrido por grandes cuotas de ternura y verdad. Y humor. Presente en el ecuador de la obra con la elaboración (y explicación) de un discurso artístico aplicado a lo resultante hasta el momento, cargado de intención pseudointelectual, que funciona como oxigenante y engancha desde otro lugar. La tercera parte en la exposición de Barbecho, con sus intérpretes despojados de máscaras, mecanismos y personajes, refuerza la zona de franqueza en la que se enmarca esta obra (“¿Cómo estás?, ¿Y tú?”), en la que el movimiento y su investigación fijada en repeticiones, es columna vertebral y generador de poéticas imágenes.